Ha fallecido Don Antonio Corujo, Hijo Predilecto de Lanzarote en 2024, dejando un legado inmenso en el folclore de la isla y en la memoria colectiva de Canarias. Desde su infancia estuvo vinculado a la música, participó en el Rancho de Pascuas de San Bartolomé y fue un gran difusor de las coplas de Víctor Fernández Gopar, aportando además un sello propio con el sonido de las lapas que heredó de su familia. Su vida estuvo dedicada a proteger, renovar y transmitir la tradición, y su nombre quedará para siempre ligado al patrimonio cultural lanzaroteño.

En lo personal, he tenido la suerte de estar cerca de la familia Corujo, sobre todo a través de Vicente Corujo, luthier con quien me une una relación muy cercana. Él ha hecho mi timple y muchos de los instrumentos que le encargo; lo he entrevistado para mi podcast, ha estado en mi casa y hemos compartido momentos que guardo con mucho cariño. Por eso, en estos días de tristeza, quiero enviar mi más sentido pésame a Vicente, Toñín y a toda su familia por la pérdida de Don Antonio.
Antonio Corujo Tejera (San Bartolomé, 1933), figura destacada del folclore canario e hijo predilecto de Lanzarote, falleció este miércoles en Arrecife.
Corujo perteneció a una saga de músicos formada por su abuelo Juan el Jariano, su padre, Domingo Corujo Brito, cantador y bailador, y sus hermanos Florián y Domingo, sus hijos Toñín, Domingo y Vicente y sus sobrinos Pancho y Ciro, entre otros.
Fue el gran difusor de las coplas de Víctor Fernández Gopar, El Salinero, que las cantó durante años en colegios e institutos de canarias. Fue solista de los Ranchos de Pascua de San Bartolomé y perteneció también a la Parranda de los Buches.
No obstante, la mayor parte de su vida actuó, cantó y declamó en solitario, en escenarios o en su peluquería. A lo largo de su vida ha accionado con las principales figuras de la música canaria y en decenas de países.
Sus barberías en Arrecife fueron un punto de encuentro de tertulias y parrandas, hasta que cerró la última con 86 años y donde declamaba veros interminables de poetas, desde Lorca a Manuel Benítez Carrasco.
En los años sesenta emigró a Venezuela, donde se empapó de la música y el folclore de aquel país.
Unas horas antes de fallar, su familia se reúne junto a él para cantar y tocar con su timple.
La capilla ardiente será en el Tanatorio de San Bartolomé y el sepelio será mañana viernes en el cementerio de Arrecife a las 11:30