Este Vals lo compuse dedicado a un alumno que con los años se convirtió en un gran amigo. Empezó de fisco chico a tocar el timple conmigo y ya es todo un músico. Solíamos, y solemos, ir con sus padres, también amigos de la familia, a tenderetes, romerías y de ruta gastronómica en busca de buena «carne de cabra», de ahí el subtítulo de este Vals.
No imaginábamos que con los años mucha gente me pidiera esta partitura para aprender a tocarla, verdad, Daniel Hernández?